24.5.07

LLIURE

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?

Miguel Hernández

1 comentario:

Adúlter dijo...

Murió en la cárcel.
Da que pensar. :)